“No logré obtener el puesto de trabajo que deseaba, me invade una fuerte frustración”

 

“No pudieron remontar el partido, el entrenador acabó frustrado”

 

“Mi hijo  no termino la carrera estamos frustrados”

 

Estas frases y muchas más se pueden escuchar día a día.

La frustración es una emoción patente, que rápidamente nos consume y que puede hundirnos, es el sentimiento que se genera en una persona cuando no puede satisfacer un deseo planeado.

Lo primordial es que cada persona esté consciente de la forma como afronta determinada situación real, de tal manera que a nivel emocional acepte que en muchas vivencias habrá una diferencia  grande o pequeña entre lo ideal y lo real.

Es importante tratar de identificar las causas de nuestras frustraciones, ya que pueden tener su origen por diferentes situaciones:

  • Por diferencias internas: Cuando las aspiraciones exceden las propias capacidades.
  • Por obstáculos externos: Cuando el desarrollo de la acción es impedida por algún hecho ajeno al individuo.
  • Por conflictos: Cuando el sujeto tiene dos impulsos contrarios y tiene que elegir una de las posibilidades, lo que conlleva cierto sufrimiento.

La frustración puede ser una oportunidad de cambio, acepta la situación, no pongas excusas, debemos aprender de los errores y tomar nota para futuras experiencias.

Ten claros los límites, desafortunadamente por desconocerlos cometemos errores y caemos en la frustración. Tu capacidad de persistencia es la que te demostrará hasta qué punto deseas lo que te has propuesto.

Luchar por algo no tiene una relación directa con conseguirlo. En muchas ocasiones el premio no es llegar o ganar, es lo que aprendes durante el camino.

No te rindas, aún estas a tiempo

 de alcanzar y comenzar de nuevo,

aceptar tus sombras,

enterrar tus miedos,

 liberar el lastre

retomar el vuelo.

Fragmento Poema de Mario Benedetti.

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