Lo bueno de ser feo, lo malo de ser bello.
En el tema de la belleza física y la fealdad es muy difícil llegar a un acuerdo porque la gente tiene diferentes parámetros trazados en su cabeza, en la mayoría de los casos es subjetivo, es lo que a ti te parece.
Las destacadas psicólogas sociales Lisa Slattery Walker y Tonya Freveret, de la Universidad de Carolina del Norte (EEUU) concluyeron gracias a varias investigaciones que los profesores tienden a asumir que los estudiantes guapos, son más competentes e inteligentes. Que las personas más atractivas ganan entre 10 y 15% más dinero de lo que ganan las personas que no son atractivas, incluso en los tribunales, durante un juicio, una apariencia agradable puede ser mágica, un acusado atractivo es probable que obtenga una sentencia más leve.
Sin embargo ser bello ayuda pero no es un pasaporte directo a la felicidad, las mujeres bellas por ejemplo son menos deseadas para puestos de gran responsabilidad y que requieren autoridad. La mayoría de los entrevistadores que reclutan personal suelen no contratar a personas que considera más atractivas que él mismo. Finalmente Walker y Freveret concluyen que el ser atractivo puede transmitir poder pero a su vez puede hacer que los demás mantengan su distancia, lo que en ocasiones los hace sentirse solos.
La belleza intimida pues las personas cercanas a alguien bello algunas veces se sienten amenazadas, perciben a la persona bella como superficial, comúnmente la gente bonita no despiertan empatía por el contrario despierta envidia.
Lo que si podemos asegurar es que cuando eres feo no tienes otra salida que ser inteligente, incluso es probable que la gente no te vea tan feo si eres una persona ilustrada, ya que la belleza se forma en la mente del crítico.
El escritor Italiano Umberto Eco nos hace en su libro “Historia de la Fealdad” una reflexión muy interesante:
“De acuerdo a la subjetividad del gusto corporal -que un alimento tenga sabor dulce o amargo no depende de su naturaleza, sino de los órganos del gusto de quien lo prueba-. De acuerdo a la subjetividad del gusto espiritual una misma persona puede parecer bella a mis ojos y fea a los ojos de mi vecino.”
Se hace bella la persona inteligente tomada por fea, se hace bella la cultivada aunque ajena a la moda. Se hace fea la persona admirada por bella pero dominada por la descortesía. Se hace bella la persona que con su don de gentes luce rodeada de amigos. Cae en el ridículo el feo y el bello por su soberbia y por su escasa inteligencia. La belleza no compensa la falta de personalidad, el feo vive la metamorfosis de su personalidad de adentro hacia afuera.
Sin duda alguna creo que la imagen exterior que reflejamos proviene del interior, hay quien defiende que es mejor ser bonita con barreras que fea con ventajas pero tú qué opinas?