Nueva Epidemia “El culto al cuerpo”

El culto al cuerpo en la actualidad se ha convertido en una obsesión para una gran parte de la sociedad, la preocupación por el estado físico e imagen corporal, lleva a parte de las personas a realizar hábitos y conductas que ponen en riesgo su salud.
Todo por esta imagen o patrón estético impuesto por la sociedad y difundido por los distintos medios de comunicación.
Los estereotipos de belleza han cambiado según la época de la historia, pero siempre todos ellos han compartido un factor común, la influencia recibida por los valores socio-culturales integrados por los amigos, la pareja, la moda y la publicidad. No podemos dejar de lado los factores personales como la confianza en uno mismo, la obsesión por algunas partes del cuerpo y la familia. Y así como el prototipo ha ido mutando, también ha ido cambiando la forma de conseguirlo.
En la edad primitiva ya existía el concepto de belleza, se asociaba lo hermoso con la fertilidad femenina, por lo que consideraban bella a la mujer voluptuosa y gruesa, exaltando sus atributos reproductivos.
Para los antiguos egipcios el canon de belleza consistía en armonía, perfección, frontalidad.
En la antigua Grecia un cuerpo era considerado bello cuando todas sus partes estaban proporcionadas a la figura entera, tanto en las mujeres como en los hombres.
En la Edad Media la blancura de la piel era un símbolo de belleza muy importante ya que era indicador de pureza.
En la época del renacimiento el modelo de belleza era semejante al del mundo clásico, donde tenía su principal fuente de inspiración estética, se basaba en la armonía y en la proporción.
En el siglo XX, se dan varias fases, en los años 50, la mujer bella era aquella poseedora de curvas, se dejó de lado la tez pálida, poniéndose de moda el bronceado, es aquí cuando se desarrolla notablemente la cirugía estética, por la aparición de nuevas técnicas
Más tarde en los años 70 las mujeres pasaron a ser cada vez menos voluminosas, así poco a poco fue como en los años 80, floreció la preocupación por la salud física, por lo que fue notorio el auge de los gimnasios, poniéndose de moda la búsqueda del cuerpo musculoso, asociado todo ello con la nutrición y entrenamiento deportivo. Fue en los años 90, cuando brotan las primeras enfermedades como la anorexia y bulimia, imponiéndose desde entonces hasta la actualidad, el estereotipo de la delgadez extrema en las mujeres.
La sociedad de hoy nos induce a cultivar más el exterior que el interior, el poseer un buen estado físico e imagen se ha convertido en una “obligación”.
En los últimos años no solo las mujeres, los hombres también han recibido este tipo de presión social, lo que ha generado un cambio en su estilo de vida y una mayor preocupación por su apariencia física. De esta manera surge el concepto de metrosexual, que se refiere a ese hombre que independientemente de su orientación sexual, cuida de manera minuciosa su apariencia. Este ideal de joven guapo e hipermusculado puede ser tan peligroso para los varones como lo es el ideal anoréxico para las mujeres.
El perfeccionamiento del cuerpo nos ha llevado a una serie de obsesiones y alteraciones relacionadas con el mantenimiento de nuestro físico, llevándonos a realizar una serie de hábitos y técnicas con propósito estético, que pueden ir desde realizar actividades físicas extremas, realización de dietas muy restrictivas y perjudiciales para nuestra salud y tratamientos estéticos desde lo más sencillo hasta cirugías plásticas. Todas estas prácticas si se realizan de forma segura y consciente pueden contribuir positivamente en nuestras vidas ya que ayudan al mantenimiento óptimo de nuestras facultades tanto físicas como psíquicas, pero por el contrario si se desarrollan de manera irresponsable potenciarán la aparición de una serie de desórdenes como pueden ser:
La Vigorexia: Preocupación obsesiva por el físico y una distorsión del esquema corporal.
Ortorexia: Obsesión patológica por comer comida considerada saludable por la persona.
Tanorexia: Adicción al bronceado.
Blancorexia: Obsesión por los dientes relucientes.
Trastorno por atracón: Se consumen grandes cantidades de comida.
Y las ya mencionadas:
Anorexia: Rechazo sistemático de los alimentos.
Bulimia: En periodos se come compulsivamente con provocación de vomito.
Todos estos trastornos tienen un objetivo común, la ambición por conseguir una imagen corporal perfecta.
A la figura femenina se le exige poseer un aspecto estilizado y delgado, a la silueta masculina se le reclama un cuerpo musculado y esbelto, esto sobrepasa la búsqueda de un ideal moral, supliéndole una perfección corporal. Tras observar esta trayectoria, debemos revisar los factores que han influido en esta nueva problemática relacionada con el culto al cuerpo, para así, poder tomar medidas a tiempo, antes de que más individuos sigan esta línea de actuación y se perjudiquen seriamente su estado de salud bio-psico-social.
La obsesión por el cuerpo nos puede conducir a una tiranía de la belleza impidiéndonos la formación humana, sobre todo en los jóvenes. Poco a poco hemos dejado paso al narcisismo y hedonismo, prevaleciendo así sobre valores más necesarios.
Las obsesiones son peligrosas, es importante mantenerse en forma y seguir una dieta equilibrada y saludable, es sano querer mejorar nuestro físico para así mejorar nuestra autoestima, nuestra seguridad en nosotros mismos y para ejercitar fuerza de voluntad, pero dentro de ciertos márgenes es decir siendo realistas y congruentes con nuestros límites sociales, económicos, personales, etc. Sin embargo es igualmente importante desarrollar habilidades para manejar la vida diaria, saber relacionarnos con los demás, manejar responsablemente los sentimientos, pensamientos y comportamientos para de esta forma funcionar de manera óptima, tener energía y vitalidad para ser altamente productivos y exitosos en cualquier área de nuestra vida.
“Una mente sana en un cuerpo sano, es una descripción corta pero completa de un estado feliz en este mundo.” John Locke